24 mayo 2006

Una Elección de Estado

Desde mucho antes de que se iniciara el proceso electoral en México para elegir al sucesor de Vicente Fox:





Acción Nacional, el partido en el poder, el partido oficial, ya veía venir una situación sumamente difícil, al caer sobre su imagen el repudio creciente del electorado en respuesta a las promesas incumplidas del foxismo, tales como la casi-mágica solución al conflicto de Chiapas en 15 minutos (lo cual nunca se dió), un incremento anual del siete por ciento del Producto Interno Bruto (en promedio, jamás superó el tres por ciento anual), la creación de un millón 350 mil empleos nuevos al año (desde que el PAN tomó las riendas del poder, México ha estado expulsando cada año hacia los Estados Unidos medio millón de compatriotas desesperados y carentes de oportunidades en México, dispuestos a arriesgar la vida cruzando el inhóspito desierto de Arizona en pleno verano, a lo cual el vocero de la Presidencia Rubén Aguilar ha respondido que esta gente se ha estado yendo por razones culturales), la incapacidad manifiesta para castigar la corrupción de los regímenes sexenales anteriores, la protección oficial y la impunidad manifiesta dados al grupo conocido como los “Amigos de Fox” (pese a que los ilícitos electorales cometidos por éstos derivaron en una multa de 545 millones de pesos aplicada por el IFE el 3 de octubre del 2003 en contra del PAN), y los tráficos de influencias y enriquecimientos desmedidos de gente de la derecha corrupta como el Senador panista Diego Fernández de Cevallos (notorio por el escándalo del que fué beneficiario en Punta Diamante así como por ganarle desde su despacho privado un juicio multimillonario a la misma Nación cuyos intereses debería de haber estado defendiendo como Senador de la República), a lo cual debemos agregar muchos otros funcionarios prominentes de la administración foxista que jamás pisaron la cárcel pese a que había pruebas contundentes en contra de ellos, tales como Guido Belsasso, el trístemente célebre Subsecretario de Salud que ofrecía abiertamente a través de Internet promover su tráfico de influencias ante el Presidente Fox y el cual fué grabado en plena flagrancia ofertando sus influencias de acuerdo con un video transmitido al aire por TELEVISA el 13 de agosto del 2003, sin olvidar el penoso asunto de las toallas de 400 dólares.

Más aún, como resultado de la falta de tacto de Fox y sus asesores para negociar con los diputados y senadores de los partidos de oposición, la propuesta de una Reforma Fiscal impulsada por Fox (controversial de origen porque se pretendía gravar con un impuesto del 15% de IVA todos los alimentos y medicinas del pueblo, en contraposición con lo que había negado el mismo Fox cuando era candidato presidencial) terminó hundiéndose en el Congreso de la Unión el 11 de diciembre del 2003, una derrota que marcaría el fin de cualquier posibilidad de que México pudiera modernizarse para competir dentro de un mundo con una economía globalizada. Si bien, los ex-sinarquistas y los ultraderechistas del Yunque incrustados dentro del PAN (al cual terminaron convirtiendo en los hechos en lo que vendría siendo el PNY, el Partido Nacional del Yunque) y colocados por Vicente Fox en altos puestos de mando del gobierno federal resultaron ser muy buenos para la intriga, también resultaron ser muy malos para gobernar, y los resultados estaban a la vista. Con estos antecedentes, la situación se dibujaba extremadamente difícil en el PAN para las elecciones presidenciales del 2006, sin importar quién fuese lanzado como candidato presidencial. De hecho, la primera gran debacle electoral que fué resentida por el PAN tras el ascenso de Vicente Fox al poder tuvo lugar en las elecciones del estado de México celebradas el domingo 9 de marzo del 2003

Pero una cosa es perder la mayoría de las gubernaturas (tales como las gubernaturas de los estados de México, Nuevo León, Sonora, Colima, Campeche, Veracruz, y el otrora importante bastión panista de Chihuahua en el 2004), perder la mayoría en los congresos locales de los estados a lo largo y ancho de la República, haber perdido las elecciones para la renovación del Congreso de la Unión celebradas el 6 de julio del 2003, haber perdido la misma jefatura de gobierno de la Ciudad de México en el 2000 pese al triunfo nacional de Vicente Fox, y otra cosa muy diferente es perder la Presidencia de la República, porque esto último implica perder el control del mando total del Ejército, perder el control de la Secretaría de Gobernación junto con su órgano investigativo de control político el CISEN (Centro de Inteligencia y Seguridad Nacional), perder el control de la Secretaría de Hacienda y el Sistema de Administración Tributaria (SAT) que permiten intimidar a cualquier ciudadano mexicano por la vía fiscal, y perder el control de la principal agencia de procuración de justicia del gobierno federal, la Procuraduría General de la República. Era pues inevitable que para las elecciones presidenciales del 2006 la extrema derecha infiltrada dentro del PAN sacara a relucir todas las trampas y triquiñuelas que se había estado reservando para una ocasión tan especial como ésta. Se podía esperar una campaña de guerra sucia plagada de golpes bajos sin respeto alguno ni para la dignidad de los adversarios ni para el mismo pueblo de México. Y esto es a fin de cuentas precisamente lo que vino ocurriendo.

Ya desde hace tres años, pese a haberse firmado el 25 de febrero del 2003 un "pacto de civilidad" con el cual todos los partidos políticos incluído el PAN se comprometieron a elevar el nivel de los debates absteniéndose de incurrir en ataques y descalificaciones, el mismo PAN no vaciló en sacar tres meses después al aire un “spot” denunciado por el PRI como difamante y calumnioso. Esto debería haber sido un presagio de lo que ocurriría tres años más tarde cuando la misma Presidencia de la República estaría en juego, debería haber servido como recordatorio sobre la disposición del partido predilecto de la extrema derecha mexicana de recurrir al fango y al lodo para montar una campaña de miedo presentando a los oponentes como individuos de lo peor.

Y ya el 17 de junio del 2003 EL UNIVERSAL había confirmado en una nota aparecida en primera plana que en lo que iba del año la Presidencia de la República había transmitido más de un millón 874 mil spots de radio y televisión promoviendo su magra obra de gobierno, siendo esta cifra una admisión de la misma Secretaría de Gobernación de acuerdo a un reporte entregado por ésta dependencia a la Cámara de Diputados así como a cifras elaboradas por la misma dependencia. Esto debería de haber servido como una advertencia clara sobre la propensión al uso masivo de tiempos oficiales en radio y televisión para promover los intereses del partido en el poder antes de llevarse a cabo los procesos electorales federales.

Y ya con un año de anterioridad, el sábado 7 de mayo del 2005, en un deslucido acto del Partido Acción Nacional celebrado en Guanajuato, el Presidente de México Vicente Fox había afirmado textualmente: “Quienquiera que esté en la boleta electoral de 2006 habrá de ser derrotado por el candidato de Acción Nacional”. De este modo, el que debería haber sido el Presidente de todos los mexicanos decidió terminar con la sana neutralidad que sus predecesores en la Presidencia habían manifestado por décadas, convirtiéndose en el principal activista de su partido, con toda la fuerza del poderío presidencial a su disposición. Pero estas declaraciones de Fox fueron tomadas ya desde entonces por algunos como un preludio de lo que le esperaba a México, como la advertencia de que ya desde entonces se estaba maquinando desde la misma Presidencia de México una “elección de estado”.

Al fracasar los intentos previos de desafuero en contra de López Obrador para removerlo por la vía legaloide, y tras el inicio formal de la contienda presidencial, y a resultas de una campaña que no logró despertar entusiasmo en nadie, el 6 de marzo del 2006 el candidato del PAN Felipe Calderón anunció el relanzamiento de su campaña, asesorado por gente de la extrema derecha incrustada dentro de su partido entre la cual se incluyen miembros prominentes de la Organización Nacional del Yunque y gente presuntamente conectada de un modo u otro con Tecos de la Universidad Autónoma de Guadalajara. En efecto, esta es la fecha crucial en la cual dá inicio la guerra sucia emprendida por el PAN para seguirse aferrando al poder por lo menos por otro sexenio. Esta guerra sucia parece estar estructurada sobre un plan identificado dentro de las sociedades secretas de la extrema derecha afines al PAN como el “Ave Azul” o la “Tortuga Azul”, el cual alienta y autoriza a sus seguidores a llegar inclusive al crimen si este es el medio que se requiere para no perder el poder.

Poco tiempo después del inicio de la guerra sucia del PAN se sabría que, no conformes con traer desde España al ex-Presidente español José María Aznar -íntimamente ligado a las alas más radicales de la Falange en España- con el objetivo de que pudiera hacer abiertamente campaña en México a favor de Felipe Calderón el 21 de febrero del 2006 en las mismas oficinas centrales del Partido Acción Nacional -en abierta violación del Artículo 33 Constitucional que prohibe a los extranjeros su intromisión en los asuntos políticos internos del país-, uno de los principales estrategas en la elaboración de la nueva campaña de guerra sucia resultó ser otro extranjero, también español, Antonio Solà, coordinador de Imagen y Marketing de la campaña presidencial de Felipe Calderón. Y al igual que Aznar, también resultó ser un individuo con fuertes raíces y nexos con los sectores más ultraconservadores de esa ultraderechista Falange que floreció en España bajo la prolongada dictadura del Generalísimo Francisco Franco.

En respuesta a la campaña sucia plagada de mentiras y falsedades en contra del candidato del PRD, la conocida escritora Elena Poniatowska apareció sosteniendo en anuncios televisivos que “Los del PAN atacan a López Obrador con puras mentiras. Es mentira que (López Obrador) tenga relación con Hugo Chávez. Es mentira que con deuda pública se hayan pagado los segundos pisos y el apoyo a nuestros viejitos. Se hicieron con buen gobierno, ahorro y honradez. Jueguen limpio, no calumnien”. Por esta intervención pidiendo un fin a la guerra sucia basada en descalificativos y ataques, Elena Poniatowska ha estado recibiendo amenazas e insultos al extremo de que la han estado llamando por teléfono diciéndole: “vamos a ir por tí, puta”. Dada la gravedad de las amenazas, el 11 de abril del 2006 radiando en vivo por televisión a cadena nacional, el conductor de El Noticiero, Joaquín López-Dóriga, hablando a nombre suyo y a nombre de quienes colaboran con él en la empresa TELEVISA, denunció las amenazas de las que ha sido objeto la escritora Elena Poniatowska, ofreciéndole su pleno apoyo y respaldo en estos momentos de crisis, sin intimidarle la respuesta iracunda que tal muestra de apoyo pudiera desencadenar entre los reaccionarios que hoy detentan el poder en México y que se rehusan a soltarlo. El apoyo dado por López-Dóriga y otros comunicadores prominentes como Jacobo Zabludovsky a Elena Poniatowska así como los reclamos generalizados al PAN de poner un alto a una campaña “de corte fascista” provocó una respuesta casi inmediata dentro del PAN. ¡Decidieron endurecer aún más su guerra sucia! Ello pese a que Manuel Espino comenzó a ser interpelado y encarado duramente en la calle en donde no lo bajaron de intolerante y misógino, y pese a que también cuando esto ocurría el Tribunal Federal Electoral le dió un fallo adverso al PAN por usar descalificativos improcedentes en sus cuadernillos dirigidos a los mexicanos que votarán en el extranjero.

Además de los numerosas grabaciones de audio obtenidas mediante la intervención ilegal de las líneas telefónicas así como las videograbaciones tomadas de manera clandestina -siempre entregadas a los medios de manera anónima o a través de terceras personas y siempre dirigidas de alguna manera en contra de personajes prominentes de los partidos de la oposición- que han estado apareciendo a la luz pública a resultas de lo que parece ser un gigantesco operativo de espionaje montado con una abundancia enorme de recursos, dentro de la guerra sucia se pueden mencionar otros detalles tales como la filtración de documentos que se suponían bajo estricta custodia del gobierno federal. Un ejemplo de ello es un expediente filtrado de los archivos del Sistema de Administración Tributaria con datos relacionados sobre una supuesta evasión fiscal de Roberto Madrazo, mostrado en el primer debate presidencial por el candidato del Partido Nueva Alianza, Roberto Campa Cifrián, quien denunció basándose en el expediente en sus manos que Madrazo evadió al fisco al no cumplir con sus declaraciones anuales de impuestos (lo cual fué refutado posteriormente por Madrazo). Sólo gente trabajando para el gobierno federal podría haber tenido acceso a este tipo de expediente. Y ciertamente nadie habría podido haber sacado este expediente de las oficinas del SAT sin que hubiese una autorización expresa de por medio para ello de un alto funcionario. Lo cual necesariamente obliga a voltear los ojos hacia la oficina de la Presidencia de la República como el punto de partida para la filtración a la prensa de este tipo de documentación de los contribuyentes que se suponía confidencial.

Quizá el más grave de los hechos recientes ocurridos en la guerra sucia emprendida por Vicente Fox y sus asesores del Yunque para imponer a Felipe Calderón como el próximo Presidente de México quedó expuesto con las revelaciones hechas el 17 de mayo del 2006 por el vocero del PRD Gerardo Fernández Noroña, el cual denunció en una conferencia de prensa que el Presidente de México Vicente Fox presionó al líder del Partido Verde Ecologista de México:





para romper sus alianzas con el PRI y aliarse con el PAN con la finalidad de apoyar a Felipe Calderón, mencionando que “Jorge Emilio González sostuvo que el grado de parcialidad era tal en el proceso electoral que el Presidente le pidió personalmente en Los Pinos ir en alianza con el PAN”. Estas denuncias fueron corroboradas por el líder del PVEM y se dieron el mismo día en que apareció una nota de la Agencia Reforma en la que prominentes priistas ligados al Salinismo tales como Genaro Borrego Estrada, Carlos Ruiz Sacristán, Luis Téllez y Jesús Reyes-Heroles, habían anunciado que respaldarían -sin dejar al PRI- a Felipe Calderón.

Según Fernández Noroña, el líder del PAN y extremista de ultraderecha Manuel Espino increpó en forma “durísima” a Jorge Emilio González por develar el encuentro privado sostenido el 4 de mayo del 2006, agregando: "Ante esa andanada de Espino, Jorge Emilio le respondió que podía sostener frente al Presidente lo dicho y que habían sido tres reuniones en Los Pinos en las que le pidió ir en alianza con el PAN. Y fue más lejos Jorge Emilio, ya que allí dijo que el Presidente le habia dicho que bajo ninguna circunstancia dejaría ganar a López Obrador, porque era un peligro para el país, y que en el caso de (Roberto) Madrazo no podía ser Presidente porque no era un hombre confiable. En pocas palabras, el único que era confiable y que no era un peligro para México era el candidato oficial, el candidato del Presidente Fox, Felipe Calderón. De acuerdo con el vocero del PRD, el Secretario de Gobernación Carlos Abascal y Manuel Espino promovieron un acuerdo para que se mantuviera bajo reserva lo discutido en el encuentro a cambio de que el Presidente dejara a un lado sus promocionales a favor de Calderón. “Pero como nos han tomado el pelo, como ha sido una vacilada todo eso, hoy hacemos pública esta denuncia y que puede ser corroborada con el propio Jorge Emilio, con los líderes de los partidos Alternativa, Convergencia y Nueva Alianza, quienes estuvieron presentes”.

Una cosa es que el Presidente de México decida adoptar una actitud parcial a favor de uno de los candidatos presidenciales, apoyándolo abiertamente en sus discursos y haciendo pleno uso de tiempos y recursos oficiales para apuntalar a dicho candidato convertido ya en “el candidato del Presidente”; los mexicanos ya nos habíamos acostumbrado a eso. Pero otra cosa muy distinta es que el Presidente usando la fuerza de su investidura presione a los líderes de otros partidos para que rompan acuerdos que ya habían formalizado entre sí con anterioridad, con el fin de que se sumen a la campaña del “candidato oficial”, y que además lance la advertencia -o la amenaza quizá- de que bajo ninguna circunstancia permitirá como Presidente de México el triunfo del candidato de la Coalición "Por el Bien de Todos" Andrés Manuel López Obrador. Lo último es sumamente grave, es ya un atentado directo en contra de la democracia, porque si el Presidente Vicente Fox ha llegado ya a estos extremos de andar profiriendo este tipo de advertencias, la pregunta lógica es: ¿Hasta que otros extremos está dispuesto a llegar el Presidente Fox con el fin de impedir que Acción Nacional pueda ser sacado de Los Pinos por un candidato fuerte como López Obrador? ¿Hasta dónde está dispuesto a utilizar su enorme poderío para forzar la elección del único hombre que puede mantener a la Organización Nacional del Yunque en la silla presidencial por otros seis años?

A raíz de las denuncias formuladas por el líder del Partido Verde, el PRD interpuso el 22 de mayo del 2006 una denuncia en contra del Presidente de México por su intromisión descarada en los procesos electorales. Horacio Duarte, representante de la Coalición “Por el Bien de Todos” ante el IFE, acompañado del líder del PRD, Leonel Cota, presentó como prueba principal la declaración de Jorge Emilio González, anexando también fragmentos de discursos de Fox donde alude a los comicios y llama a no dar pasos atrás. La denuncia en realidad no pasará de ser un acto simbólico, porque con el aparato federal de procuración de justicia en manos de un Procurador General de la República designado por el mismo Presidente de México, no habrá funcionario alguno en la PGR que se atreva a dar trámite a dicha denuncia con el objetivo de aplicar sanción alguna a Vicente Fox. En el mejor de los casos, será congelada. En el peor de los casos, será desechada sin mayor trámite, como ocurrió con todos los “Amigos de Fox”, como ocurrió con Guido Belsasso, como ocurrió con Carlos Rojas Magnon (el hombre de las toallas de 400 dólares).

Por su parte, el mismo día en que el PRD presentó su denuncia en contra de Vicente Fox, en el PRI en presencia del líder nacional Mariano Palacios, Felipe Solís Acero presentó como prueba un monitoreo de medios en el que se detalla cómo el gobierno federal había difundido 456 mil 375 spots tan sólo del 19 de enero al 19 de mayo, equivalentes a mil 709 millones de pesos según las tarifas vigentes. Mientras tanto, el candidato presidencial priista Roberto Madrazo aseguraba que el proceso electoral ya estaba manchado: “De entrada, ya no será una elección limpia, la equidad que es un valor democrático no se ha dado”.

En lo que respecta a la postura de Andrés Manuel López Obrador ante lo que ya es una elección de estado, podemos leer lo siguiente de una misiva suya enviada el 22 de mayo del 2006 al Presidente Vicente Fox:
“Entre otras de sus afirmaciones de estos días, me llamó la atención una de ellas, ciudadano Presidente: 'No habrá elección cerrada, Calderón y Amlo se separan más. El proceso electoral va de pelos y viento en popa' (19 de mayo). No dudo de cuánto le regocijan sus coloquialismos, que participan con algo de ventaja en el desafuero expresivo del que, en un momento u otro de la campaña, nadie se ha exceptuado (en lo personal, cometí el error del '¡cállese chachalaca!', que contradijo el sentido de mi campaña y de mi actitud. Asumo la equivocación como la que fue: un exabrupto). Pero si no extraña lo de 'está de pelos', sí resulta ampliamente violatorio de la legislación electoral, el apoyo que el gobierno federal le da al candidato del PAN, la movilización de recursos, la incontinencia verbal que a usted lo distingue en este tema, las acciones de la Secretaría de Desarrollo Social, las jactancias y las bravuconadas de campaña que niegan y sepultan la neutralidad acordada.”
“Se habla al respecto de 'elección de Estado', término perfectamente demostrable. Sin embargo, a momentos la expresión podría parecer determinista y no es éste el caso en lo más mínimo. Si la intención es, en efecto, la de usar todos los recursos ilegales asociados al poder para retenerlo, la elección sí lleva las trazas de ser de Estado, pero esto es nada más una parte del panorama. Estamos también, por fortuna, y es lo fundamental, ante una elección de sociedad, es decir, ante el compromiso creciente de los ciudadanos de creer en su voto, y por lo mismo, de defenderlo estrictamente. Todas sus argucias, sus improvisaciones peleoneras y su muy reducido saber coloquial, señor Presidente, con todo respeto, tienen un límite: la voluntad ciudadana. Lo que usted provoca 'no está de pelos' en lo que toca a sus afanes 'reeleccionistas'; en México hay ciudadanía, algo que por lo visto usted no ha logrado percibir en estos años. '¿Y yo por qué?', se preguntará, con el mismo énfasis que ahora usaría en un 'Votas y te vas', pero si ustedes quieren abusar de las fuerzas acumuladas de un gobierno, deben recordar o, más bien, deben enterarse por vez primera que el proceso electoral no radica en el clientelismo, tan burdamente manejado por ustedes, ni en la mercadotecnia costosísima de la que han hecho gala, ni en el manejo pernicioso de las campañas de odio, ansiosas de transmitir el miedo que ustedes sienten, sino en la decisión de cada persona ante las urnas. Acéptelo, ciudadano Presidente, cuando disponga de tiempo: no vencerán porque, entre otras cosas, no han podido convencer.”
“Al PRI, el otro sector político preocupado por la injerencia presidencial en las elecciones, le contesto y le contestamos: las diferencias con los priístas de arriba, no son mínimas ni son erradicables, pero compartiremos la movilización legal y pacífica para detener el pobrísimo y carísimo maniobreo del presidente Fox y los suyos. Permanecen acrecentadas nuestras críticas al clientelismo de invención priísta, y a sus métodos inescrupulosos, pero si la meta es la implantación de la legalidad en la República, la convergencia será inevitable, y no requiere de modo alguno de pactos o reuniones específicas. La defensa de la ley es una asamblea permanente.”
“A nosotros, la campaña nos ha proporcionado grandes satisfacciones y oportunidades de mayor conocimiento y reconocimiento del país y sus sociedades. La querella y la guerra sucia no nos han desviado de nuestro compromiso esencial: conformar y seguir integrando el proyecto de la nación en la globalidad. No partimos de cero, no repetimos el error mayúsculo de usted que declaró al Siglo XX mexicano como 'un siglo perdido'; elegimos la tradición que nos incumbe, algunas de cuyas etapas culminantes son la Reforma liberal y la acción al pensamiento de don Benito Juárez, el gran intento democrático de Francisco I. Madero, la vitalidad popular y las reivindicaciones campesinas de Emiliano Zapata y Pancho Villa, el programa civilizatorio del general Lázaro Cárdenas, la resistencia de los sectores indígenas, la incorporación de las mujeres y las incontables contribuciones de centenares de miles, generosos, lúcidos, creyentes con firmeza en la democracia. Esa tradición ha evitado que nos diluyamos en los vericuetos de la campaña.”
“Hemos defendido y seguiremos haciéndolo, nuestras causas básicas: combate a la corrupción, desigualdad, educación, salud, vivienda, el campo, el empleo, apoyo a los migrantes contra el hostigamiento del racismo; los indígenas, la cultura y la seguridad pública. Y de modo especial, la defensa de derechos humanos tan agraviados en esta etapa, y basta mencionar la incursión salvaje en Atenco. Reconozco que nos ha faltado tiempo para establecer o refrendar nuestro compromiso con las minorías legales y legítimas de este país, con las causas de la diversidad. Sin embargo, estoy convencido de que México es diverso y aloja varias sociedades que, en el uso de sus derechos, no deben ser en el paisaje general antagónicas sino complementarias. A estas minorías les corresponde intensificar la presentación de sus demandas, y a los gobiernos, y a mí en particular, nos toca apoyar política y legalmente su inclusión en México, todo lo que honre nuestro proceso civilizatorio.”
“Si incluyo lo anterior en una carta dirigida en principio a usted, ciudadano Presidente, es por estar convencido de lo obvio: usted no quiere recibirme y yo, por mi parte, al existir los cauces de mis puntos de vista y de nuestra actitud, asumo que no desee tener conversación conmigo. Entonces, como partidario del diálogo y en atención a todos los que también creen en el intercambio racional de opiniones y juicios, insisto en las otras posibilidades de hacer llegar nuestras demandas. Sólo le recuerdo que la ciudadanía no 'está de pelos' y el gobierno federal no podrá imponer sus maniobreos por encima del voto. El triunfalismo es de ustedes; lo nuestro, más sencillamente, es la victoria de las mayorías y el reconocimiento de la justicia de las demandas de mayorías y minorías.”
El afamado editorialista Sergio Sarmiento, bajo el título “Meter las manos” en su columna Jaque Mate publicada el 23 de mayo del 2006, asienta lo siguiente: “Resulta tan absurdo que el presidente haya utilizado toda la fuerza y todos los recursos de su oficina para promover la idea de que si no se mantiene el rumbo en lo político el país tendrá un desplome económico. El hecho de que el presidente haya hecho un esfuerzo tan evidente por influír en el proceso ha ensuciado innecesariamente la elección. Lo que no podemos aceptar (es que) Vicente Fox, el mismo que siendo candidato en el 2000 se quejaba de la indebida intervención del presidente Zedillo en el proceso -cuando Zedillo fue tan puntilloso en su separación del candidato del PRI a la Presidencia que sus propios correligionarios lo acusaron de haber entregado la elección a Fox- ahora adopte prácticas que violan abiertamente el principio de equidad que las leyes establecen para nuestros procesos electorales. Pero ya la intensa campaña de medios del presidente, que comenzó en un momento en que Calderón estaba en segundo lugar en las encuestas y que ha concluído cuando ya está al frente, parece haber dejado sus saldos. Si el presidente Fox realmente quería subrayar su imparcialidad en materia electoral, la oportunidad se ha perdido. La impresión generalizada, incluso entre simpatizantes del PAN, es que el mandatario ha utilizado todos los recursos que tenía a su alcance para promover a su candidato”.

El mismo día que apareció el anterior editorial, la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ordenó al PAN abstenerse de volver a transmitir tres spots denigrando y difamando a Andrés Manuel López Obrador:





reprobando en dichos spots expresiones como 'López Obrador es un peligro para México" y 'López Obrador permitió estos delitos', confirmando los magistrados del Tribunal así la naturaleza difamatoria de la guerra sucia emprendida por el PAN y su candidato. El fallo del Tribunal es histórico porque no deja lugar a dudas de que esta campaña de guerra sucia emprendida por Felipe Calderón y sus maquiavélicos asesores era en efecto ilegal, algo que se daba por hecho desde un principio.

La red mundial de redes INTERNET tampoco se escapó de ser utilizada por el partido en el poder en México para calumniar y acusar con mentiras y falsedades a quien llevaba la delantera en las encuestas. El 23 de mayo del 2003 fué interpuesta ante la PGR una denuncia en relación a esto, de acuerdo con un comunicado de la Agencia Noticiosa APRO elaborado por Daniel Lizárraga que dice lo siguiente: "Ricardo Monreal, coordinador regional de las Redes Ciudadanas de la Coalición Por el Bien de Todos, presentó ayer una denuncia penal ante la PGR, mediante la que pretende demostrar que, desde enero pasado, se diseñó una 'guerra sucia' desde la presidencia contra su candidato, Andrés Manuel López Obrador. En su escrito, denuncia el envío de por lo menos 7 millones de mensajes vía Internet, dentro de un operativo en el que estarían involucrados los secretarios de la Función Pública, Eduardo Romero Ramos; del Trabajo, Francisco Javier Salazar, y de Agricultura Francisco Mayorga. De igual forma, también responsabiliza al secretario particular de la presidencia, Emilio Goicochea Luna, y al gobernador (panista) de Querétaro, Francisco Garrido Patrón. Además de ellos, la Coalición Por el Bien de Todos alista una ampliación de la denuncia, en la que incluirá a otros servidores públicos de alto nivel, entre los que aparecerán algunos funcionarios del Instituto Federal Electoral (IFE). Previo a que Monreal presentara esta denuncia, el IFE despidió a Armando González Martínez, coordinador de Proyectos de la Dirección Jurídica de esa institución, por distribuír -desde su computadora institucional y en horario de trabajo- propaganda contra López Obrador. Como lo adelantó PROCESO en el número que circula esta semana, se trata de una denuncia fortalecida con copias de los correos en los que aparecen las direcciones electrónicas del gobierno foxista. Monreal Avila destacó que en las dependencias del gobierno foxista se ha iniciado una 'limpieza cibernética' para borrar sus discos duros, y “no dejar evidencia de que en la administración federal, en horarios de oficina y con recursos del erario, promovieron esta campaña”.

Por su parte, el conocido articulista Enrique Maza de la revista PROCESO, en un editorial aparecido a mediados de mayo del 2006 bajo el título “El PAN, el debate y la corrupción”, escribió lo siguiente:
“El PAN, con Calderón y Espino al frente, se ha convertido en una mera administración de pensamientos archivados, y hoy va balbuceando todo lo que se le olvidó decir y todo lo que ocultó a lo largo de su menoscabo. Quisiera volver a ser honrado, pero no puede ya impedir que los grandes temas se le conviertan en huidas y en verdades a medias. Quiere ser católico, pero su catolicismo a ultranza lo convierte en fascista y en sepulturero de los viejos ideales y de la limpieza moral. Quiere politizar su pensamiento integrista y sólo consigue convertirlo en el juego del poder y en la bajeza de una inmundicia política. Sus patrañas idealistas no son más que cínica y desnuda voluntad de poder, carente de ideal, que se pone al servicio del dinero. Sus rudezas de campaña no han sido ni siquiera inteligentes, sólo han sido cínicamente defensivas, denigratorias y malsanas. Y los silencios de las bases panistas avalan este nuevo rumbo de su partido o ya son impotentes para enderezarlo, pero de todos modos permiten el deterioro. Dice un viejo dicho que la palabra más triste es la que dice lo que pudo haber sido. De ahí ha surgido la atmósfera malsana que ha caracterizado estos tiempos de campañas presidenciales, que más parecen una competencia de conciencias torcidas, un acecho mutuo de intereses no confesables y una modernización tecnificada de la mentira, de la calumnia, del insulto, del engaño y de la hipocresía. El PAN ya desgastó su vestidito católico y lo manchó de sangre desde la primera Presidencia panista. Estamos viviendo la catástrofe de los valores, ya no digamos morales, sino hasta de decencia política. Nos están haciendo vivir -de la Presidencia para abajo- una época sucia y cínica. En todo el mundo se han vuelto rutinarias las acusaciones contra los políticos corruptos, pero también se volvió normal, entre aspirantes a cargos públicos, declararse 'candidato de las manos limpias' (alusión al lema de campaña usado por Felipe Calderón) desmentido por la bajeza de enlodar al adversario. Es sólo una repetición barata de lo que hacen muchos, sobre todo los corruptos, los miedosos y los que carecen de otro tipo de recursos. Otro ejemplo es la conducta presidencial frente a Pasta de Conchos y Sicartasa. Y otro, despreciable esta vez, es la negativa de Espino a disculparse por su insulto despectivo a Elena Poniatowska, una mujer digna y respetable, una escritora destacada y una persona admirable. La patanería no conoce la caballerosidad. Eso no se le puede pedir al PAN de estos tiempos.”
En el mismo tenor, el conocido articulista Lorenzo Meyer, en su columna Agenda Ciudadana bajo el encabezado “Las batallas de una guerra sucia”, comentó: “La actual ofensiva del miedo se ha centrado en crear, por la vía de un bombardeo de saturación de truculentos spots de televisión, la idea de AMLO como un peligro para México. Según la propaganda panista, sincronizada con el discurso diario y obsesivo del presidente, en la elección por venir no está en juego la simple alternancia en el ejercicio del poder ejecutivo sino el destino mismo de la patria. Así, en contra de las cifras disponibles del propio gobierno federal, los mensajes advierten que AMLO endeudó como nadie a la Ciudad de México. Sin ofrecer una sola prueba, sugieren algo que raya en traición a la patria: AMLO está apoyado por 'células bolivarianas' enviadas por el presidente de Venezuela a México. En un acto tan oportunista como falto de ética, el candidato panista decidió ligar a AMLO con los violentos sucesos recientes de Atenco y reafirmar la idea del peligro. El discurso de la derecha convoca a los fantasmas del pasado anticomunista para despertar miedo e histeria”.

Quizá el corolario más duro al intervencionismo abierto y descarado que Vicente Fox como Presidente de México estuvo llevando a cabo a favor del candidato oficialista Felipe Calderón, contaminando los procesos electorales, provenga de la Misión de Acompañamiento Técnico del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (integrado por Óscar Hassenteufel, ex-Presidente de la Corte Nacional de Bolivia; Carlos Alberto Urruty, Presidente de la Corte Electoral de Uruguay; Juan Ignacio García, Director del Servicio Electoral de Chile; y Ray Kennedy, dirigente de varias misiones electorales de la ONU), que visitó el país por invitación del Instituto Federal Electoral. Esta misión, al presentar el 15 de junio del 2006 su informe final sobre el proceso político en curso y el entramado institucional en materia electoral del país, afirmó con cierta preocupación que “El apoyo del Presidente de la República a uno de los candidatos enturbia, sin lugar a dudas, la campaña electoral y podría ser aprovechado para cuestionar la legitimidad del resultado de las elecciones presidenciales en una situación de resultados muy cerrados” (esto lo apunta el informe en su punto 73). Esta crítica es inusualmente dura por estar dirigida en contra de un Presidente Fox quien como candidato se quejaba amargamente del apoyo que el Presidente Ernesto Zedillo supuestamente le estaba dando al entonces candidato priista Francisco Labastida Ochoa, al grado de insultarlo llamándole “zedillín”. ¡Qué pronto se olvidó el candidato de la derecha y aliado de la ultraderecha de aquél pasado suyo en el que demandaba neutralidad e imparcialidad de la Presidencia de México!

Lamentablemente, por culpa del mismo hombre que había prometido como candidato sanear la administración pública, el proceso electoral de México se encuentra sumamente contaminado. Un triunfo de Felipe Calderón, en caso de que se diera, quedaría en entredicho por el efecto no mensurable de la intromisión del Presidente Fox en todo lo que concierne a las campañas electorales, sumado a una guerra sucia iniciada por el ala de ultraderecha de Acción Nacional como nunca antes se había dado y padecido en la historia de México. A menos de que Felipe Calderón gane por un margen tan amplio que no sería creíble ni siquiera para él mismo, en el mejor de los casos tendría que resignarse a ser tolerado como un Presidente ilegítimo de origen, quedando en una situación peor que el mismo Vicente Fox cuya legitimidad como Presidente a la mitad de su sexenio también empezó a ser cuestionada por la sociedad mexicana como consecuencia de los descubrimientos y revelaciones que daban cuenta de la procedencia ilícita a través de la asociación “Amigos de Fox” de las sumas multimillonarias de dinero con las que fué financiada su campaña electoral para la Presidencia de México (Revista Siempre!, 2 de marzo del 2003, número 2594). Este estigma de ilegitimidad también manchó a Carlos Salinas de Gortari tras el presunto fraude electoral que lo benefició en 1988 con la ya famosa “caída del sistema”. De este modo, Felipe Calderón corre el riesgo real de quedar marcado por el resto de su vida y de su gestión como Presidente como el producto de una muy cuestionada elección de estado. Y a menos de que el PAN lograra una mayoría absoluta en el Congreso de la Unión, lo cual se antoja ahora imposible con todos los escándalos acumulados, Felipe Calderón enfrentaría un rechazo a todas sus iniciativas, lo cual llevaría al país a una virtual parálisis en todo lo que concierne a los asuntos de gobierno. Pero esto no parece importarle mucho ni a Vicente Fox, ni a Felipe Calderón, ni a los Yunquistas y los demás devotos de la extrema derecha que han estado dando su asesoría para que el PAN pueda retener el poder a como dé lugar por cualquier medio posible. Esto no es muy diferente a la actitud que tomó Adolfo Hitler en 1945 cuando prefirió que se hundiese Alemania antes que hundirse él mismo sin seguir arrastrando a los demás.

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POST SCRIPTUM:

Faltándole menos de un mes para entregarle la Presidencia a su sucesor, Vicente Fox reconoció abiertamente ante el mundo entero su intervención a fondo en el proceso electoral del 2006 para que, utilizando todo el poderío, la fuerza y los recursos combinados de todas las dependencias oficiales de la Presidencia de la República, se consumara una elección de Estado, al declarar “me tocó ganar dos veces: en julio del 2000 y en julio del 2006”, una confesión descarada confirmando lo que muchos ya daban por hecho. Y nuevamente, en los Estados Unidos, el lunes 12 de febrero del 2007, en el Centro para las Artes John F. Kennedy en la ciudad de Washington, frente a una audiencia escasa y en un evento al cual le tuvieron que rebajar casi la mitad del precio a la entrada, en su segunda conferencia dada en dicho país y de una manera descarada y brutal, el ya ex-Presidente Vicente Fox acompañado por Marta Sahagún reconoció abiertamente sin pena alguna su participación activa -a todas luces injusta en contra de todos los demás candidatos presidenciales de la oposición incluído el izquierdista Andrés Manuel López Obrador- al declarar: “Tuve que retirarme y perdí. Pero 18 meses después me desquité cuando ganó mi candidato (Felipe Calderón)”, declaraciones tan comprometedoras que el mismo “delfín” de Vicente Fox, el flamante líder de la bancada panista en el Senado Santiago Creel Miranda, evitó hacer comentario alguno. Ante estas declaraciones foxistas, Carlos Navarrete, coordinador de la fracción del PRD en el Senado, señaló: “¡Qué barbaridad de un expresidente (Fox) que hoy --a confesión de parte, relevo de pruebas, dicen los abogados-- viene a confirmar (...) que el jefe del Estado mexicano abdicó de su responsabilidad de Estado y se convirtió en contrincante de la elección presidencial!” Y todas estas declaraciones cínicas del pro-Yunquista Vicente Fox fueron hechas sin ninguna consideración hacia las posibles consecuencias que pudieran acarrearle al ya de por sí enrarecido ambiente político del país, quizá a sabiendas de que, pese al “gran cambio” ofertado por el PAN, la impunidad total de los Presidentes y ex-Presidentes de México sigue y seguirá siendo plenamente garantizada, en todos aspectos, eso no ha cambiando en nada. Y para agregarle sal a la herida, Vicente Fox además de aceptar explícitamente en su conferencia en Washington la pérdida total de la imparcialidad de la Presidencia de México en la sucesión presidencial del 2006 -que le dió a Felipe Calderón el escasísimo margen de ventaja que necesitaba para tomar por asalto virtual la silla presidencial-, afirmó que durante su mandato... ¡se consolidó la democracia en México! Lo cual le valió que por enésima ocasión editorialistas de enorme prestigio lo calificaran como un hipócrita, un cínico, pero sobre todo, un mentiroso consumado, aunque estos calificativos tienen muy sin cuidado a uno de los principales culpables de que la encubierta extrema derecha mexicana haya logrado afianzarse por seis años más en el poder. Y al mismo tiempo que el pro-Yunquista Vicente Fox hacía sus declaraciones canallas, en San Francisco del Rincón, Guanajuato, avanzaba la construcción de un museo y “centro de estudios”, el Museo y Centro de Estudios Vicente Fox Quesada, obra llevada a cabo a instancias del mismo Vicente Fox para poder exaltarse y honrarse a sí mismo en vida, según lo dejó muy claro el anuncio puesto en el portal de Internet de Vicente Fox al afirmar que el objetivo de esta obra era “construir una memoria bibliográfica, museográfica y cultural de las obras, acciones y políticas públicas que han sido exitosas en nuestro país y transparentar el quehacer de la administración de Vicente Fox Quesada, presidente de México en el periodo 2000-2006”, con la inclusión a un costo enorme de más de 4 millones de documentos digitalizados, fotografías, audio y video de alta tecnología, cubriendo la gestión gubernamental del hombre quien se cree plenamente merecedor de este homenaje que se está dando a sí mismo en vida al igual que como en su tiempo se lo dió su Alteza Serenísima Antonio López de Santa Anna quien ordenó el entierro solemne con honores de Estado en la Catedral de México -después de hacer que fuera paseada con pompa y honores de heroicidad por las calles de la ciudad de México- de la pierna que perdió en Veracruz en la "guerra de los pasteles" contra Francia al ser herido por una bala de cañón, la cual por cierto terminó siendo desenterrada y arrastrada por las calles en una explosión de ira popular. Como era de esperarse, Felipe Calderón sólo ha respondido con silencio absoluto a las confesiones públicas de su predecesor Vicente Fox relacionadas con el montaje de una elección de Estado, aunque pensándolo bien, ¿qué puede decir Calderón ante tamañas revelaciones foxistas que sólo arrojan lodo sobre la legitimidad de su “triunfo” en el 2006?

Un artículo de José Gil Olmos publicado por PROCESO el 21 de febrero del 2007 bajo el título “Fox, el aguafiestas de Calderón”, nos dice lo siguiente:

Vicente Fox ha dado señales claras de lo que puede llegar a ser para Felipe Calderón: de pieza fundamental en su sospechosa victoria puede convertirse en el gafe, en la desgracia o el ave de mal agüero a lo largo de su gobierno.

Con Fox se puede aplicar, sin ninguna duda, aquella frase de “genio y figura, hasta la sepultura”. Pero aún más, no es difícil aventurarse en pensar que en medio de la guerra interna en la dirigencia del PAN las declaraciones del guanajuatense fueron un aviso a Calderón para recordarle que, gracias a su apoyo, ganó y que por ello tiene el derecho y la fuerza para luchar por los espacios internos y la selección de las próximas candidaturas a gobernadores y diputados en las elecciones del 2009.

De ser cierto esto, estaríamos hablando de la formación de una corriente foxista emparejada con la ultraderecha representada por el actual dirigente nacional del PAN, Manuel Espino.

Por eso, luego de escuchar sus primeras declaraciones como exmandatario, algunos miembros del gabinete calderonista piensen en sus adentros que Andrés Manuel López Obrador tenía toda la razón cuando le espetó “¡Cállate chachalaca!”, por sus constantes declaraciones.

Después de las múltiples sospechas con las que ganó el 2 de julio del 2006, producto sobre todo de las evidentes intervenciones de Fox, Calderón ha tratado de escudarse en la resolución del Tribunal Electoral para defenderse. No obstante, toda excusa legal o argumentación institucional esgrimida se derrumban cuando Fox reconoce públicamente que fue él quien le ganó a López Obrador aquel primer domingo de julio, imponiendo a Calderón desde Los Pinos.

Con esta revelación, la legitimidad de la unción de Felipe Calderón ha quedado aún más dañada y, al mismo tiempo, se corrobora que el expresidente, seguramente impulsado por Marta Sahagún, aún tiene deseos de ejercer poder.

Pero la herencia que deja Fox a Calderón es muy pesada, pues se trata de una cascada de serias irregularidades cometidas en su sexenio que, al parecer, y siguiendo el más puro estilo de los gobernantes del PRI, los panistas han decidido ignorarlas bajo la impunidad en el ejercicio del poder, lo cual le traerá consecuencias en el futuro.

No han pasado ni tres meses al frente del gobierno federal y Calderón ya empieza a enfrentar los yerros que tuvo Fox a lo largo de su administración. Un ejemplo de ello es la acusación hecha por el gobernador de Coahuila, Humberto Moreira, de que Fox lo presionó para que declarara culpable a Napoleón Gómez Urrutia de la muerte de 65 mineros de Pasta de Conchos.

Esta acusación de Moreira es una prueba para Calderón, pues si no las toma en cuenta, será visto como un presidente cómplice de las tropelías de su antecesor y, al mismo tiempo, como un mandatario insensible para atender una de las tragedias más profundas que el sector minero ha sufrido.

No es difícil prever que más adelante habrá demandas ciudadanas para que se investiguen los múltiples negocios irregulares que realizaron los hijos de Marta Sahagún, bajo la égida del poder presidencial.

Aunque no lo quiera Calderón, el caso de los hermanos Bibriesca es una investigación pendiente hasta el momento y no existe ninguna justificación legal o política para no atender este ejemplo de riqueza inexplicable que solaparon las autoridades hacendarias, judiciales y aun legislativas cuando se denunció en los medios de comunicación.

Más allá de la indolencia de Fox, la actuación de los Bibriesca se ha convertido en la representación emblemática de la corrupción de los gobiernos emergidos del PAN, un partido que precisamente se fundó para luchar en contra de la impunidad y la descomposición del poder detentado por el PRI.

Otra herencia foxista son los litigios que han empezado a aparecer sobre la propiedad de los terrenos colindantes a las playas del Tamarindillo, ya que muchos de los ejidatarios han denunciado que fueron presionados o engañados por Cosme Mares, abogado del expresidente, para que vendieran sus propiedades.

Quedan pendientes también las cuentas de Marta Sahagún, quien desde la cabañita de Los Pinos hizo y deshizo a su antojo las instituciones, poniéndolas a su servicio para proteger a sus hijos de las denuncias de tráfico de influencia y, al mismo tiempo, para mantener su fundación Vamos México, la que resultó un verdadero fracaso.

La lista de pendientes que Fox heredó a Calderón es larga y difícil de resolver. De ahí que en Los Pinos se escuche continuamente, "nos dejó un país a la deriva" cada vez que se refieren a la administración pasada.

Es evidente que estamos ante las primeras páginas de la historia del PAN al frente de la Presidencia de la República, y estas ya están salpicadas por lo mismo que tanto criticaron: sospecha de fraude, corrupción, tráfico de influencias, ocultación de actos ilegales y la impunidad como forma de gobierno.

Un punto de vista similar es expresado por el conocido editorialista Álvaro Cepeda Neri de la revista Siempre!, en una columna publicada el 11 de marzo del 2007 en el número 2804 de dicha revista bajo el título “Juicio político a Fox: Perro que ladra sí muerde”:

“Perro que ladra, no muerde”, pero como toda regla tiene su excepción, se da el caso que Fox ladra y muerde. Sus últimas salidas, intentando continuar su desastroso protagonismo, con su manager el Rasputín de Manuel Espino, han servido para que lengua suelta, le haga “el caldo gordo” a Calderón y quiera cobrarle los favores prestados para quedarse en el trono. Y, traicionado por su subconsciente, a voz en cuello sostuvo que hubo mano negra en el pasado y cuestionado proceso electoral. Según Fox todo fue una venganza contra López Obrador y así el IFE, el Trife y la Corte, con su factor común: Televisa, ayudaron para imponer a Calderón.

Durante su mal gobierno antirrepublicano, el esposo de Mart(h)a, además de la pavorosa corrupción a través de los fideicomisos, el manejo discrecional de las fabulosas ganancias petroleras y manos libres a los Bribiesca, el señor Fox se dedicó a ladrar y morder atenido a que en este país no podemos deshacernos "sin derramamiento de sangre" de un presidente, aun contando con los recursos constitucionales para destituirlo. Un rosario de traiciones al Estado, a la sociedad y al gobierno, desde su toma de posesión hasta sus desafíos al Congreso General, lo hacen candidato al juicio político acusado de traición a la patria.

Pero les tiembla la mano a diputados federales y senadores para constituirse en Jurado, y llamar a cuentas a un Presidente de la República. Se la llevan en dimes y diretes, controversias constitucionales y arreglos por debajo de la mesa, como modalidad política de la corrupción. Y la nación, desilusionada, no tiene más que una alternativa: resistir sin actuar o ganar la calle para ejecutar su "inalienable derecho de alterar o modificar la forma de su gobierno", como la autoriza nuestra Constitución que a la mejor quieren reformar para limarle los filos de la democracia directa, porque en la democracia indirecta o de representantes todos se arreglan allá arriba.

Acaba de ladrar Fox y muerde a Calderón y al Estado de partidos, haciendo alarde de que ganó dos elecciones: la suya y la calderonista. Esta última para llevar a cabo una venganza. Es demasiado enseñar los dientes y morder como para que, todavía dentro del año para ser llevado a juicio político hasta por ordenar encubrir los homicidios de los mineros, nadie se atreva a sentarlo en el banquillo de los acusados. ¿Querrán que el pueblo haga uso de su derecho para enjuiciar a los malos gobernantes y destituirlos?

Y como cuando la perra es brava, hasta a los de casa muerde; Calderón muestra heridas.

La pobredumbre de carácter e integridad mostradas por Vicente Fox en su cuestionable injerencia en las elecciones presidenciales del 2006 -además de los innumerables actos de corrupción que se le han ido descubriendo- le hizo perder por completo ante la comunidad internacional el prestigio que había ganado con su triunfo en las elecciones del año 2000, destruyéndole por completo ante los ojos del mundo entero su fama como demócrata, y como prueba de ello no hay nada mejor que algo que apareció publicado en la revista MILENIO número 489 correspondiente al 19 de febrero del 2007 que dice lo siguiente:

Trascendió que... los boletos para asistir a la conferencia Preservando la democracia en las Américas, se cotizaban originalmente en 285 dólares, precio similar al que se paga por escuchar, por ejemplo, a Al Gore, ex vicepresidente de EU, pero con Vicente Fox se registró muy poca demanda y debieron abaratarse a 150 dólares, y para el día 12 habían descendido a 85 dólares, aunque para colmo, poco antes de empezar el acto, hubo quien los consiguió a 50.

Y es que en los Estados Unidos nadie tenía muchas ganas de pagar por ir a escuchar a un demagogo el cual, a fin de cuentas, resultó ser uno de los mayores fraudes en la historia del Latinoamérica. Vicente Fox, quien tenía intenciones de estar viajando por todo el mundo ganando su buen dinero dando conferencias, tuvo que aceptar ante este soberano fracaso que su cortísima carrera como conferencista había llegado a su fin, optando entonces por retirarse con su esposa civil Marta Sahagún a su rancho en Guanajuato para poder rumiar sobre el desprecio que le estaba cayendo encima. (Para colmo, el mismo día en el que apareció publicada esta revista MILENIO, el Gobernador de Coahuila, Humberto Moreira Valdés, denunció que hace un año Fox le hizo la propuesta inmoral de “buscar algún delito” para poder enviar a prisión al líder sindical minero Napoleón Gómez Urrutia con el objetivo de distraer la atención sobre la tragedia de la mina de carbón Pasta de Conchos.) Y al principal beneficiario de la mano negra de Vicente Fox en las elecciones presidenciales del 2006 no le ha ido mejor, como podemos verlo en artículos tales como el siguiente publicado el miércoles 28 de marzo del 2007 por la Agencia REFORMA:

Abuchean a Calderón becarios de Telmex
Ernesto Nuñez
Agencia REFORMA

Distrito Federal.- El Presidente Felipe Calderón fue abucheado ayer por un sector de los becarios de la Fundación Telmex, reunidos en su quinto foro “Jóvenes Construyendo”.

Como le ocurría en campaña, ayer el Mandatario enfrentó silbidos y muestras de rechazo en una concurrencia básicamente formada por jóvenes.

Los gritos de “espurio, pelele, mentiroso, ladrón”, se escucharon claramente en cuanto el Presidente pisó el escenario del Auditorio y continuaron durante todo su discurso.

Este es el alto precio que se tiene que pagar cuando se hacen las cosas chuecas.

Otra confirmación de que efectivamente se montó en el 2006 un operativo para llevar a cabo una elección de Estado, operativo en el cual el Yunque metió su mano negra, la tenemos en lo siguiente publicado por la agencia noticiosa APRO:

El voto del Yunque por Calderón
Verónica Espinoza
Agencia APRO
21 de mayo del 2007

Como parte de la movilización que encabezará Andrés Manuel López Obrador el primero de julio en el Zócalo de la Ciudad de México, dirigentes perredistas de Guanajuato preparan testimonios para sustentar la presunción de que en esta entidad -y en Jalisco- se perpetró una “elección de Estado” en favor de Felipe Calderón.

“El principal será el reconocimiento de parte del secretario de Gobierno, Gerardo Mosqueda, de que se trabajó en aportarle a Calderón los votos necesarios para que, entre comillas, ganara la elección”.

“A confesión de parte, relevo de pruebas”, dijo el senador guanajuatense Carlos Navarrete Ruiz, quien realizó visita a la entidad para coordinar la organización de la representación que acudirá a la movilización del primero de julio, a casi un año del día “en que se consumó el fraude electoral”.

El secretario de Gobierno -identificado como uno de los principales líderes del Yunque- habló a los medios hace un par de semanas sobre la holgada votación con la que ganó el actual gobernador de extracción panista, Juan Manuel Oliva Ramírez, frente al apretado resultado de Calderón en la presidencial, en parte gracias al millón de votos que se le aportaron en Guanajuato.

“En una enorme manta reproduciremos el discurso del secretario de Gobierno de Guanajuato, su reconocimiento explícito y textual del papel que jugó el gobierno y el PAN de Guanajuato en el resultado final de la elección presidencial”, señaló Navarrete Ruiz en conferencia.

La “confesión de parte” del funcionario confirma la sospecha, en el sentido de que en Guanajuato y Jalisco se desplegó un operativo especial con votos no reales que fueron colocados en las urnas, "gracias al control casi total que el PAN tiene en estas dos entidades".

Votos reales pero menores

“Ahora tenemos claro que, efectivamente, el PAN pudo haber ganado el estado con votos reales, pero menores. Pero decidieron volcar el padrón en Guanajuato, en un operativo diseñado desde el gobierno del estado y el PAN estatal”, acusó.

Además del recorrido que López Obrador ha concretado por los municipios del país, a la concentración en el Zócalo se espera asistan las corrientes y movimientos ciudadanos que se organizaron en la coalición Por el Bien de Todos, así como representantes de los partidos del Trabajo y Convergencia.

“Estamos en condiciones de hacer una movilización superior a las que hemos hecho de septiembre para acá; demostrará la fuerza del movimiento a nivel nacional, un mensaje muy claro hacia nuestros contrincantes y el gobierno de que nuestro movimiento sigue vigente, actuante, unido, trabajando por el país y por nuestra causa también”, expusieron Navarrete Ruiz y Jesús Martínez Castro, quienes se reunieron con dirigentes estatales y municipales del PRD y de las redes.

Gobierna el Yunque, no el PAN

El coordinador de los senadores perredistas también advirtió sobre “la transferencia del poder” por medio de la cual el PAN ha dejado de gobernar esta entidad y ahora lo hace el Yunque.

“Guanajuato se ha convertido en un feudo de la tendencia de ultraderecha dentro del PAN... ha pasado de ser gobernado por panistas, a ser dirigido por gerentes yunquistas; hay una abdicación en los hechos de quien aparentemente es el gobernador, Juan Manuel Oliva, hacia el Yunque”, representado por Gerardo Mosqueda.

Lo más grave, expuso el senador, es que “la derecha yunquista dirija un estado sin que las urnas la hayan elegido”.

Observó que “quien hizo campaña y a quien le entregaron la constancia fue a Oliva, pero esta transferencia del gobierno es dramática: sin pudor, sin cuidar las formas, sin ningún sonrojo, trasladan al Yunque el control de los asuntos de Guanajuato”.

Denunció que esta ultraderecha se caracteriza, además, por “bárbara, inculta, autoritaria, a la que le repugna la crítica, los equilibrios políticos, que no admite más verdad divina que la suya, y quien no piensa como ellos, hay que colocarlo en la hoguera pública”.

Y a propósito del enfrentamiento público y los insultos que el secretario de Gobierno dirigió la semana pasada en contra de dos directores de los principales diarios en la entidad, Carlos Navarrete anunció que junto con otros senadores canalizará el tema a la subcomisión de atención a agresiones a periodistas, pues “las amenazas del gobernador real del estado no pueden ser aceptables ni toleradas”.

En una reunión con delegados federales, el secretario Mosqueda enfiló su discurso hacia los directores de los diarios Correo y AM, a quienes -en sus propias palabras- “describió” como “faunos” y “esquizofrénicos”; los tachó de “escribir estupideces” y de extorsionar a través de sus columnas periodísticas.

Por ello la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) recibió ya una denuncia en contra del funcionario de parte del director de AM, Enrique Gómez. También la presentó ante la Procuraduría Estatal de los Derechos Humanos.

Por otra parte, en la revista PROCESO publicada el 8 de abril del 2007, el controvertido Consejero Presidente del Instituto Federal Electoral, Luis Carlos Ugalde, tratando quizá de suavizar un poco el duro juicio histórico que ya está cayendo sobre sus espaldas, al igual que Poncio Pilatos, está tratando de lavarse las manos de la enorme responsabilidad que se le atribuye como co-partícipe en el presunto fraude electoral cometido en las elecciones presidenciales del 2 de julio del 2006, saliendo -ahora sí, ya pasadas las elecciones, ya concluídos los juicios llevados a cabo por el Tribunal Federal Electoral, ya instalado cómodamente Felipe Calderón en la silla presidencial rodeado por su séquito de asesores Yunquistas y por gente tan corrupta y amoral como Elba Esther Gordillo-, con las declaraciones de que el activismo político del Presidente Vicente Fox durante la campaña de 2006 fue “irresponsable”, “indeseable”, “inoportuno” y generador de “tensión y contaminación en la contienda”.

¡Vaya, vaya!

¿Por qué hasta ahora?

¿Por qué no lo hizo, cuando era su responsabilidad histórica por la investidura de su cargo, en los meses previos a las elecciones del 2 de julio? ¿Qué lo detuvo entonces? ¿Acaso cree que estas declaraciones tardías suyas van a cambiar aunque sea un poco lo que sucedió, o la interpretación de lo que sucedió? ¿Acaso cree que con esto va a enmendar aunque sea un poco las consecuencias de su silencio criminal? ¿Acaso cree que ya con esto habrá “borrón y cuenta nueva” para él, y que ya nadie en México lo va a acusar de ser uno de los principales cómplices solapadores de lo que se presume que fue uno de los más grandes fraudes electorales cometidos en la Historia de México?

Mejor se hubiera tragado sus palabras tardías, extemporáneas, que a estas alturas no tienen ya absolutamente ninguna relevancia, ninguna trascendencia, ninguna importancia. Y recordarle la sabia frase latina:

(Las palabras se las lleva el viento.)

De cualquier manera, el enorme descrédito en el que quedó sumergido el Consejero Presidente del Instituto Federal Electoral tanto por la forma tan cuestionable de su proceder al tomarse atribuciones legales que no le correspondían (proclamar a Felipe Calderón el triunfador de las elecciones presidenciales del 2006 siendo que esta es una facultad reservada exclusivamente para el Tribunal Federal Electoral) así como la enorme sombra de dudas y sospechas sobre el proceso electoral con las cuales el IFE deslegitimó la validez plena del supuesto triunfador, eventualmente vendría a cobrarle con el tiempo las facturas. Esto lo podemos ver con toda claridad en el editorial principal publicado el 2 de septiembre del 2007 por el número 2828 de la revista Siempre!:

Ugalde: ¿fraude o simulación?
Editorial
Revista Siempre!
2 de septiembre del 2007

El 2006 se le vino encima al consejero presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), Luis Carlos Ugalde. La pérdida de credibilidad y respetabilidad del IFE y de sus consejeros forma parte de una crónica que comenzó a nacer en los albores del proceso presidencial de ese año y concluyó el 2 de julio con los resultados zigzagueantes, accidentados y poco claros que emitió Ugalde.

El consejero presidente —solo, absolutamente solo, ya sin tutora ni partido que lo defienda— ha hecho una serie de declaraciones que reflejan su desesperación y la parte oculta e inconfesable de su inconsciente: “Si el Congreso aprueba la remoción de los consejeros electorales —dijo— estaría aceptando que, políticamente hablando, hubo fraude electoral”. En efecto, tal vez ni Ugalde ni los consejeros ordenaron o estuvieron presentes en las reuniones donde se orquestó la operación 2006. Sin embargo, avalaron con su silencio, pasividad, lentitud de reacción y actitud apática todas y cada una de las múltiples irregularidades de las cuales fue testigo la ciudadanía.

Los consejeros —y ahí están las hemerotecas como prueba— siempre declararon a los medios de comunicación que los comicios federales iban a ser un ejemplo de legalidad y madurez democrática. Lo afirmaban a pesar de conocer los grandes vacíos de una legislación que termina por favorecer a los candidatos más “vivillos” y partidos con más recursos y poder. Ya se sabe que el IFE tiene que operar acatando la ley existente. Pero también es verdad que el consejero presidente no únicamente tiene obligaciones jurídicas sino morales. Ugalde debió haber operado para llenar con política los huecos que a todas luces permitieron un proceso inequitativo marcado por el desvío de recursos federales.

Un silencio cómplice, más que la prudencia, fue la estrategia que escogieron los consejeros para enfrentar el evidente exceso en gastos de campaña, el derroche que uno y otro partido hacían para pagar a las televisoras una escandalosa guerra de spots y de propaganda negra que nada aportaban a la democracia. ¿Dónde está el árbitro?, se preguntaban muchos, sin que el IFE se molestara en dar una respuesta que tranquilizara a los candidatos y al electorado.

Ugalde insiste en que se opone a la renuncia de los consejeros —como exigen los partidos— porque ello significaría vulnerar la independencia del IFE. Hablando con la honestidad intelectual que él exige ahora a los distintos actores políticos, debe decirse que la autonomía del IFE fue violada desde que Elba Esther Gordillo maniobró —desde la Cámara de Diputados— para que él fuera el presidente. Hábil, la maestra, y ya pensándose como la “gran electora”, necesitaba de un aliado confiable en el órgano que avalaría el resultado de su estrategia.

La lección de excesos e iniquidad que dejó el 2006 requiere de una legislación de vanguardia. La demanda nacional es que la propuesta de reforma electoral, que acaba de presentar la Comisión Ejecutiva de Negociación y Construcción de Acuerdos del Congreso de la Unión, no sea una mera simulación. El tema central —o para decirlo con más contundencia, el corazón de la nueva ley— debe ser la regulación económica, el tiempo-aire y los contenidos propagandísticos en medios de comunicación. Si se legisla para seguir favoreciendo a las televisoras no habrá reforma; se tratará de un engaño más a la sociedad. Si así ocurre, la salida de Ugalde dejará muy mal parados a los padres políticos de su remoción.

¿Cuál fue el pecado del consejero presidente?; ¿el fraude o la simulación? Una simulación cómplice que destruyó la credibilidad de la institución electoral.

De este modo, al comenzar el mes de septiembre del 2007, Luis Carlos Ugalde, quien se creía tan seguro en su puesto en el IFE por haber apoyado desde ahí la consumación de la virtual imposición de Felipe Calderón como Presidente de México, ilusamente creyendo que el México de hoy seguía siendo el México de antes en donde la palabra del “Señor Presidente” equivalía a las órdenes de un todopoderoso que deben ser cumplidas a como dé lugar, erró -al igual que los demás Consejeros del IFE sobre los cuales el Congreso de la Unión les deparaba el cadalso- y erró en grande, al grado de terminar diciendo dislates y tonterías en su desesperación que lo único que confirmaban era la necesidad de su remoción al haber perdido por completo la credibilidad y respetabilidad que su puesto requería.

Con todo esto, ¿habrá quien todavía dude que el 2 de julio del 2006 se consumó en la elección presidencial en México una elección de Estado? Y peor aún, el principal culpable de esta elección de Estado quiere seguir contribuyendo ya como ex-Presidente de México a la consolidación del enorme poderío logrado por la extrema derecha en México trabajando en estrecha alianza con el presidente nacional del PAN y neofascista de línea dura Manuel Espino, flamante presidente mundial de la Organización Demócrata Cristiana de América, la cual servirá como plataforma para extender la garra de la ultraderecha más allá de los confines territoriales de México:





Si todo esto no es traición a México, entonces, ¿qué lo es?

De acuerdo con un reportaje difundido por la Agencia APRO el 2 de diciembre del 2010, Vicente Fox confirmó que bajo su guía y dirección (además del apoyo recibido de parte de TELEVISA y las organizaciones ultras de la derecha) la Presidencia de México cargó los dados contra el izquierdista Andrés Manuel López Obrador en las elecciones presidenciales de julio del 2006: En el programa Horizonte, del Instituto Mexicano de la Radio, el exmandatario admitió que en la contienda electoral de 2006 cargó los dados en contra del candidato de la coalición “Por el bien de todos”, Andrés Manuel López Obrador agregando que él no es “activista” de Acción Nacional (¿?) afirmando además que no participaría en el proceso electoral de 2012, aunque, aseveró, estaría atento a que no vuelva el autoritarismo a México. (¿?) “Cuidado si me sale allí alguno que nos quiere llevar de regreso a la demagogia o al populismo o que nos quiera llevar al autoritarismo del PRI, el dinosaurismo (sic), la opacidad, la falta de transparencia, que no tenga una convicción democrática profunda, que no tenga un respeto profundo para los derechos humanos, pues esos principios son fundamentales para seguir caminando”, declaró. Según Fox, el haber cargado los dados contra López Obrador en la contienda electoral de 2006 fue “democrático” (¿?). Y por eso, agregó, “lo digo yo y lo dije: fue un segundo triunfo para mí”:




Título: Foxileaks
Cartonista: Helguera
Fuente: LA JORNADA


A estas declaraciones, Andrés Manuel López Obrador respondió lo siguiente:

Fox es un cínico, acusa López Obrador
Verónica Espinoza
Agencia APRO
2 de diciembre del 2010

El excandidato presidencial Andrés Manuel López Obrador calificó de “cínico” al exmandatario Vicente Fox, luego de que el guanajuatense admitió haber “cargado los dados” contra el candidato de la coalición “Por el bien de todos” en la contienda electoral de 2006.

“Él (Fox) estaba obligado a respetar la voluntad del pueblo y a respetar las leyes”, dijo López Obrador. De nueva cuenta, agregó, el exmandatario hace una interpretación “muy personal” al asegurar que su intervención fue “democrática” y señalar que el resultado oficial de 2006 fue “un segundo triunfo” para el propio panista.

En una reunión con ciudadanos que conforman las redes del llamado “gobierno legítimo”, el exjefe de Gobierno del Distrito Federal advirtió, una vez más, que rechazará cualquier alianza entre el PRD y Acción Nacional para la elección en el estado de México, porque “no podemos olvidar que el PAN hace apenas cuatro años nos robó la presidencia de la República”.

López Obrador afirmó que si la dirigencia que encabeza Jesús Ortega opta por concretar la alianza con el PAN, será “un acto de traición”. Y “si los de arriba del sol azteca insisten”, dijo, él tomará distancia del partido.

Y agregó: “El país no estaría viviendo hoy una debacle si no nos hubieran robado las elecciones”.

Actualmente los mexicanos padecemos la violencia, la pérdida de cientos de vidas humanas y el empobrecimiento del pueblo, “por la decisión de la mafia del poder de no aceptar los cambios necesarios en la vida pública del país y tener en la presidencia a un empleado de ellos, a una gente que no representa al pueblo, sino los intereses de una minoría rapaz”, concluyó.

Además de la libre confesión hecha por Vicente Fox reconociendo y aceptando que bajo su mandato siempre sí fue cierto que se llevó a cabo una elección de Estado orquestada desde Los Pinos, posteriormente a esta confesión llegó otra el 29 de junio del 2011 de la cual da fé la siguiente nota:

Sí hubo arreglo político con Calderón, asegura Elba Esther Gordillo
Agencia REFORMA
29 de junio del 2011

Elba Esther Gordillo, presidenta del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), reconoció que apoyó la candidatura del Presidente Felipe Calderón en 2006 a cambio de un arreglo político que incluyó la entrega de cargos y posiciones en el Gobierno federal, reveló el periódico Reforma en su edición digital la noche de este martes.

En conferencia de prensa, la lideresa magisterial aceptó que, como parte de esa negociación, Roberto Campa ingresó al Sistema Nacional de Seguridad Pública, Francisco Yáñez a la Lotería Nacional y Miguel Ángel Yunes al ISSSTE.

Mea culpa, mea culpa”.

Vino la sucesión y llegamos al acuerdo de ir con el Presidente Calderón por la Presidencia de la República, previos arreglos de orden político que no deben avergonzar a nadie (¿?), a mí no me avergüenzan, yo hago política”, dijo.

“Pero no eran para satisfacer mis ambiciones personales (¿?), ni de mi gremio, sino para que aquellos que trabajaban en Nueva Alianza tuvieran un espacio político (y) pudieran seguirse desarrollando, y esto es legítimo”.

Gordillo recordó que Campa era aspirante presidencial de Nueva Alianza en 2006 y que luego fue incorporado como secretario ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, aunque posteriormente renunció.

"Por equis circunstancia, que no viene al momento, prefirió renunciar e irse a sus actividades privadas y no continuar en el arreglo que habíamos hecho, político", indicó.

"A veces me llama la atención que los políticos se arreglan en lo oscurito y cuando uno lo hace público le va como en feria, yo lo hago público: sí, sí hubo un arreglo político".

De acuerdo con Gordillo, el primer pacto que suscribió con Calderón fue el tema de la calidad de la educación, aunque, dijo, el Presidente pidió a cambio que se aplicaran las evaluaciones.

“Con Calderón, entonces candidato, hicimos compromisos por la educación, que fue lo que nos alió para ir a esa campaña con el Presidente Calderón. ¿Qué fue lo que hizo que entráramos a una negociación con el PAN, encabezados particularmente con el Presidente Calderón? El proyecto educativo, sí lo negociamos con él, indudablemente él adquirió compromisos y nosotros también y lo que podemos decir es que hemos cumplido” (¿?), sostuvo.

Explicó que, posteriormente, Francisco Yáñez, al que se refirió como “otro individuo”, se convirtió en el director de la Lotería Nacional, luego de ser el oficial mayor de la bancada del PRI en la Cámara de Diputados, cuando ella era coordinadora en San Lázaro.

“Y así fuimos colocando, pero si revisan, nadie era del SNTE”, aclaró.

La lideresa aceptó que a través de ese mismo arreglo fue que se decidió que el ex priista Miguel Ángel Yunes se convirtiera en el titular del ISSSTE.

“Él se va de director del ISSSTE y nosotros adquirimos el compromiso de revisar la ley (de pensiones de los trabajadores al Servicio del Estado)”, señaló.

así como la siguiente nota:

Revela Elba Esther pacto con Calderón para apoyarlo hacia la Presidencia
Santiago Igartúa
Agencia APRO
29 de junio del 2011

Elba Esther Gordillo, presidenta del Comité Ejecutivo Nacional del SNTE, se hizo de los reflectores por casi tres horas para estremecer la escena política. Consciente de lo que iba a desatar, inició advirtiendo a los medios: “Tienen nota para muchos días”.

En conferencia de prensa, Gordillo demandó revisar las cuentas del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), mediante una auditoría “especial” por supuestos malos manejos de 50 mil millones de pesos por parte de la institución, cuando estuvo encabezado por uno de sus principales allegados, el expriista Miguel Ángel Yunes, a quien –reconoció– ella misma colocó en el puesto.

Como parte de un mea culpa, la “maestra” Gordillo aceptó haber negociado el puesto de Yunes, entre otros, como parte de un pacto político, en 2006, con Felipe Calderón, para apoyar su candidatura. Reconoció también que “arregló” los puestos de Roberto Campa en el Sistema Nacional de Seguridad Pública, y el de Francisco Yáñez, en la Lotería Nacional.

“En ese escenario vino la sucesión y llegamos al acuerdo de ir con el presidente Calderón por la Presidencia de la República, previos arreglos de orden político que no deben avergonzar a nadie. A mí no me avergüenzan, yo hago política”, aclaró.

“Mea culpa, mea culpa. Siendo el candidato el presidente Calderón, hablamos de las reformas estructurales del país. Hablamos mucho de que la seguridad social exigía una reforma de fondo. Me comprometí a impulsar esa reforma de la seguridad social de los trabajadores”, agregó.

En franca contradicción, la promotora en la fundación del Partido Nueva Alianza (Panal) dijo que dichos pactos no se hicieron para “satisfacer” sus intereses o “ambiciones personales”, ni del gremio que representa, “sino para que aquellos que habían trabajado o que trabajaban en Nueva Alianza, y que estaban comprometidos con el proyecto, tuvieran un espacio político que les permitiera seguirse desarrollando, y esto es legítimo”, disparó.

“A veces me llama la atención que muchos políticos se arreglan en lo oscurito y cuando uno lo hace público les va como en feria. Yo lo digo: Sí. Sí hicimos un arreglo político”, reconoció la profesora, quien abundó en que “así fue” como el licenciado Roberto Campa, a quien calificó de “muy cercano” y “amigo”, llegó al Sistema Nacional de Seguridad Pública

Así también, dijo franca, fue “como se resuelve que el señor licenciado Yunes fuera director del ISSSTE y nosotros adquirimos el compromiso de revisar la ley”.

Disparó contra la institución que dirigía quien, antes, tenía tan cerca y del que hoy se deslinda: Miguel Ángel Yunes. “Hoy estamos ante evidencias claras de malos manejos, de los cuales por razones éticas, morales y políticas, yo me deslindo totalmente y exigimos que haya una auditoría especial, no la que aplica el Órgano Interno de Control del ISSSTE, sino externa”.

Siguiendo su confesión, dijo sentir una “doble responsabilidad”, en lo particular: “Acepto y reconozco, yo, Elba Esther Gordillo, que sí apoyé al licenciado Yunes y que sí impulsé la ley, pero también exijo que se aclare que no tuve nada que ver en los asuntos de manejo del ISSSTE.”

Yunes no fue el único funcionario al que Gordillo apuntó en su conferencia. Criticó a los dos secretarios de Educación que han ejercido en la administración de Calderón: Josefina Vázquez Mota y Alonso Lujambio: “Tuvimos una secretaria de Educación que, desde que llegó, estuvo pensando en ser candidata a la Presidencia de la República.”

Habló de los embates de Vázquez Mota por “dominar” al SNTE y apuntó: “Este sindicato no necesita domadores de la SEP, necesita autoridad moral de la SEP”.

En materia educativa, agregó la presidenta del SNTE, “ningún acuerdo se ha hecho con ningún secretario de Educación, ninguno de los dos, todos han sido directamente con el señor presidente, compromisos”, dijo, en alarde del poder que ha alcanzado.

No se pronunció a favor de ningún precandidato presidencial. “No hemos tomado una decisión de con quién. No es el momento”. Sólo descartó a Andrés Manuel López Obrador. “Él ya me tomó como alguien a quien hay que fustigar”, jutificó.

Sobre el respaldo a Calderón, aclaró que no está arrepentida de haberlo apoyado en 2006, a pesar de las más de 40 mil muertes que lleva registradas la guerra antinarco impulsada por el presidente. “Eso la historia lo juzgará”.

Pero denunció extorsiones por parte del crimen organizado a maestros del sindicato.

“En cuanto al crimen organizado. Víctimas hay muchas; muy dolorosos momentos se han vivido. El sindicato no ha querido hacer de éste un tema personalizado o aclaratorio de lo que nos acontece, pero les he de decir que los maestros no están exentos de chantajes, de presiones, de muchas veces pedir el aguinaldo, en fin. Todos estos males endémicos sociales, también los padecen los maestros, la organización, de suspensiones de labores por tal o cual situación complicada. Es un fenómeno que nos está lacerando a todos.”

Al margen, anunció que “traerá” al Dalai Lama a un congreso del SNTE, el próximo 11 de septiembre, para “motivar la conciencia” y “sacudir el pensamiento libre, comprometido de todos”.

Puestos públicos y canonjías a cambio de acarreados y clientelismo electoral, transas con líderes sindicales corruptos como la novia de Chucky a costa del sacrificio de la misma calidad educativa del país, negociaciones “en lo obscurito” para asegurar a como dé lugar un triunfo en las urnas aunque sea dudoso y sospechoso, o en las palabras del mismo Felipe Calderón, “haiga sido como haiga sido”. Pero... ¿no era esto precisamente lo mismo con lo que tan duramente atacaban los militantes del Partido Acción Nacional y de la Organización Nacional del Yunque al Partido Revolucionario Institucional cuando dándoselas de puritanos prometieron un gran “cambio” en caso de llegar al poder dizque para acabar de tajo con toda la corrupción gubernamental llevando (según ellos) al país entero hacia un paraíso luminoso de prosperidad y felicidad, jurando “por todo lo más sagrado” para ellos que ellos sí serían diferentes en el poder porque supuestamente eran muy devotos católicos observantes al pie de la letra de los Diez Mandamientos? ¿Cómo creerles entonces hoy cuando apenas ayer siendo lobos se disfrazaron con piel de ovejas? canjear votos por puestos publicos puede ser legal pero no legitimo, y menos aún cuando el resultado terminó siendo un régimen que llevó a una Nación entera al despeñadero?

Si a estas alturas todavía alguien cree que el proceso electoral de las elecciones presidenciales del 2006 en México fue un proceso honesto y legítimo, pese a las declaraciones vertidas en el sentido contrario precisamente por algunos de los principales culpables, es que tiene puesta una venda en los ojos pegada con Kola-Loka que de plano no se quiere quitar ni se querrá quitar jamás. Es el ciego que no quiere ver. Es el sordo que no quiere oír.